En una entrevista a Elena Ochoa, la conocida psicóloga y sexóloga mediática comentaba que guardaba un consejo materno muy valioso que me conmovió: "Ponte derecha cuanto más te tuerza la vida". Me pareció un verdadero grito de supervivencia que un ser humano debería recordar cada vez que la vida nos convierte en seres indefensos.
Nos pasamos los años buscando la piedra filosofal que nos conduzca a la soñada felicidad o, por lo menos, a un modesto equilibrio emocional que nos reconcilie con el devenir de los días y sus contratiempos; sin embargo, muchas veces nos sentimos funambulistas a punto de caer al vacío y sin una red que nos proteja.
Tomamos de aquí y de allá ideas que nos permitan sostenernos y bebemos de todas las fuentes posibles. A veces encontramos una canción ("I will survive"), un poema ("tú no puedes volver atrás/ porque la vida ya te empuja/..."), un abrazo (el de tu mejor amigo), en fin, cualquier truco que nos vuelva a mantener derechos en la cuerda.
Y no está de más recordar que aunque el junco se doble "siempre sigue en pie" -aunque con achaques de lumbago...-.