La primavera de ese año hizo florecer la indignación. Las plazas de muchas ciudades y de pueblos se llenaron de gente que quería una democracia real. Era una convocatoria espontánea provocada por tantas injusticias que el gobierno del Estado estaba propiciando con una serie de medidas que sufría el pueblo llano, mientras que los causantes de la bancarrota del país se iban de rositas. Personas de diferente condición, edad y procedencia tomaban un altavoz para clamar contra tanta injusticia. Sin embargo, algo cojeaba en las entrañas de este movimiento: no existía un más allá de las plazas.
Han tenido que pasar unos años para que la semilla que se plantó germinara en un fenómeno político que ha hecho temblar los cimientos de una "casta" que siente como se resquebraja un sistema corrompido por la idiosincrasia de unos sujetos que dejaron de representar al pueblo para preocuparse tan solo de aumentar sus ingresos económicos.
La política es una profesión honorable y vocacional, y exige una gran dosis de honestidad y valentía. No sé si los candidatos de PODEMOS darán la talla para dirigir un país, pero lo que tengo claro es que unas personas que son capaces de renunciar a una importante parte de su sueldo por conseguir sus objetivos son políticos vocacionales, y esto ya me infunde confianza en ellos. Por otra parte es difícil que lo hagan peor que los que están en los organismos oficiales.
También me gustaría recalcar que gracias a la aparición de PODEMOS se ha canalizado la ira de un pueblo de un modo pacífico y ordenado que ha impedido que se desate la rabia de una forma violenta,
Somos un pueblo que ha crecido en un estado del bienestar y que , en general, está formado e informado y tal vez esa sea la causa de que no hayamos salido a la calle con violencia, pero, por esa misma razón, hoy nos sentimos identificados con la propuesta de unas personas que podrían ser nuestros vecinos de rellano. Son gente preparada y honesta, que no quieren enriquecerse con la política y que buscan una salida de este pozo de podredumbre en el que nos ha sumido la"casta".
¡Buena suerte y fuerza, chicos! Sabemos que no os va a ser fácil y que vais a recibir por todos los lados, pero no perdáis el ánimo y sujetad con determinación el timón de este barco que se hunde por momentos.
¡Ah, y gracias por devolverme la fe en que los milagros políticos pueden materializarse!