sábado, 15 de mayo de 2010

Tibidabo




Hoy me he despertado con una inquietud que no sentía desde mi más tierna infancia: "si llueve no podremos ir al Tibidabo"; y, antes de desayunar, he abierto la balconera y me ha sonreído un sol que pedía permiso a las nubes para salir.



Esta vez yo era la adulta que acompañaba a unos niños en su primera excursión al parque de atracciones más emblemático de Barcelona y no he podido evitar recordar esos domingos en los que mis padres decidían pasar el día en el Tibidabo. Durante un tiempo, mi hermana mayor era voluntaria de la Cruz Roja en el servicio médico del parque y la visitábamos entre atracción y atracción. De repente, aparecía mi padre con largas tiras de tiquets que prometían miles de risas y emociones -él nunca reparaba en gastos, todo lo hacía a lo grande.



Entre helados, palomitas y algodón de azúcar visitábamos castillos de hadas, trenes voladores y barcos pirata; en el museo de los autómatas podíamos conocer nuestro futuro con la gitana adivina, y en el palacio de los espejos nos descubríamos enanos o gigantes para luego perdernos en el laberinto de cristal.



Cuando somos mayores, a menudo olvidamos la maravillosa sensación de la felicidad pura y simple de los niños, pero hoy, en la cesta de la noria, unos ojos infantiles me la han contagiado.



¡Ojalá no perdiéramos esa fabulosa capacidad de entusiasmo!



Para rematar este "revival", al llegar a casa y poner la televisión he vuelto a ver por enésima vez el clásico de Hollywood "Mujercitas".



Creo que hasta se me ha alisado el cutis con tanta regresión...

6 comentarios:

  1. Mayte, yo también recuerdo mis viajes al Tibicabo con mis padres con el Tranvía Azul y el Funicular, tú has tenido la suerte de estrenar la ilusión infantil de mis nuetecitas y yo todavía conservo una foto en la cesta de la noria con mi entonces novia Aurora que no se me vá de la cabeza...........FELICIDADES

    ResponderEliminar
  2. Sin temor a equivocarme, creo que volveremos dentro de poco porque la pequeña Judit ya ha caído en las redes de la magia del Tibidabo, y la próxima vez te apuntas ¿vale?

    ResponderEliminar
  3. Mayte.........no era la cesta de la noria sino de la ATALAYA y YASTÁ...........FRANCISCO TR

    ResponderEliminar
  4. Judit no para de preguntar cuándo volveremos y que "necessito tornar amb la Mayte perquè no he pujat amb ella a la nòria"...
    Parece mentira, pero yo también me lo pasé muy bien (a mis casi 42 añicos!!)

    ResponderEliminar
  5. ¡Dile a la "petita" Judit que la tita Mayte ha conseguido cuatro invitaciones para volver al Tibidabo y subirse con ella a la noria!

    ResponderEliminar
  6. Caray Mayte !! que no se llama noria, que se llama ATALAYA, vale ?? y tiene 50 metros de altura.

    ResponderEliminar