viernes, 2 de marzo de 2012

Una nube

Hace tiempo que no escribo en este blog porque estaba esperando que se desvaneciera la nube de pesimismo que se había instalado en el trocito de cielo que veo desde mi balcón, pero esta condensación de preocupación, de tristeza y de desengaño ha decidido amanecer cada día sobre mi cabeza desde el comienzo de este año. Quizá me convenga hacerme amiga de ella y buscar, como dicen los sabios, la parte positiva que encierra todo lo negativo -a veces me dan ganas de enviar la sabiduría a tomar por saco y quedarme con la felicidad de los tontos-. Tal vez esta nube me ayude a protegerme de los rayos cancerígenos de un sol que no me alumbra aunque el anticiclón de las Azores no nos quiera abandonar.
¿Cuál es el grado de resistencia ante las dificultades de la vida?
Existen tantos seres humanos que han despejado sus nubes a fuerza de controlar los vientos de la vida que a veces creo que yo también podré. Sin embargo, mis pulmones están heridos y se abren con la cortisona para lo justo: caminar despacio, hablar suave y ganarle a la desesperación una pequeña batalla cada día. Por eso, en mi cielo no termina de despejar, mi soplido es demasiado débil.
Disculpadme este momento de autocompasión, pero de vez en cuando uno tiene que pararse a lamer sus heridas y, no os preocupéis, no soy de las que se recrean en estos gestos patéticos. Mañana seguiré soplando para que la nube pase.

5 comentarios:

  1. Cariño,hay que seguir soplando,no nos queda más remedio,dicen que despues de la tormenta llega la calma.Espero que sea verdad y tengas un respiro ,ya te toca.Te quiero,no lo olvides nunca.Loli

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  2. Yo no te conozco en persona, pero sí a través de tu hermana, a la que ya considero mía también. Y sé lo que es esa nube...Muchos besos a las dos.
    Espero que Loli tenga razón, como siempre y cuando soplemos se vaya, porque hay veces que esa nube pesa tanto que no te deja ni respirar.

    M.S.

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  3. en mi cielo yo también advierto esa nube resistente y amenazadora cada día, y al asomarme desde mi balcón , intuyo que no estoy sola , al mirar en otras direcciones, puedo comprobar que detrás de cada balcón hay alguien mas, que mira a ese cielo enladrillado donde ni un lapice de luz natural deja traspasar y que creí que solo era mi cielo, y al mirar mas abajo compruebo que los otros yo, salen a caminar , algunos llevan chubasqueros y se protegen por si acaso con paraguas pero no se quienes son, se protegen y se esconden , pero los que a mi me dan fuerza para seguir son aquellos que salen , despacio con la cara alta y que poco a poco van caminado , y al cruzarse entre ellos se saludan , sonríe y aceptan , porque cada día hay que aceptarse, no creo que haya que luchar, sino convivir y aceptar ese cielo nublado que no solo nosotros soportamos , ese cielo es el mismo para todos y si ellos pueden nosotras también .besos Mayte.

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    1. Animo Mayte, que aunque no te conozco personalmente, por tu blog percibo una mujer muy sensible, culta y de mucha valía. Cada cual ha de ir a su ritmo. Hay personas que caminan demasiado deprisa y queman las oportunidades de observar el cielo.

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  4. ¡Jo! Me habéis hecho llorar, pero son lágrimas buenas como cuando la lluvia cae de las "nubes" para alimentar la tierra estéril.
    Gracias a todos y os deseo que se despejen también vuestros cielos.

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