viernes, 7 de diciembre de 2012

La escuela no es un campo de batalla

Cuando la escuela se convierte en un campo de batalla la sinrazón gana la guerra y esto es lo que quieren provocar los unos y los otros.
¿Dónde se esconden el respeto a la cultura catalana y el tan ensalzado "seny" catalán?
Señores políticos de los dos bandos, les debo recordar que los derechos fundamentales del niño suscritos por la Unesco y por Unicef, recogen una cuestión primordial que parecen haber olvidado: todo niño tiene derecho a recibir educación en su lengua materna.
En Cataluña coexisten dos lenguas oficiales habladas de forma espontánea por sus ciudadanos, sin embargo, la política de inmersión lingüística de la Generalitat relegó a la lengua castellana de la educación de los catalanes convirtiéndola en una asignatura impartida dos o tres horas semanales -en el mejor de los casos- y excluyéndola como lengua vehicular.
Si dejáramos a un lado los rencores generados durante la dictadura franquista que intentó destruir -infructuosamente gracias a Dios- el apego de los catalanes hacia nuestro idioma, nos percataríamos de que una lengua es fundamentalmente una herramienta de comunicación y que cuantas más dominemos mejor. La teoría de que el castellano no hace falta aprenderlo bien en la escuela porque los catalanes ya lo pueden aprender en la calle y en la televisión no se fundamenta en una base pedagógica, ya que para conocer bien una lengua ésta debe ser utilizada en ámbitos académicos.
Todavía no entiendo por qué no se contempla la alternativa más justa y, sin duda, más eficaz para el aprendizaje de ambas lenguas, que es la de usar las dos  como vehiculares repartiendo las materias de una forma equilibrada para que los alumnos catalanes conozcan y se expresen mejor tanto en catalán como en castellano. Lo más paradójico es que el sistema de inmersión lingüística perjudica sobretodo a los niños cuya lengua materna es el catalán porque tienen menos ventajas que los castellanohablantes ya que tienen menos competencias lingüísticas en castellano y en su futuro profesional podrían sentirse limitados tanto si ejercen su profesión en Cataluña como si deben salir de su tierra. Y, por desgracia, sé de lo que hablo porque soy profesora y me llegan alumnos de colegios donde no han cursado apenas la lengua castellana que tienen serias dificultades en expresarse , tanto oralmente como por escrito, en esta lengua.
Deberíamos observar e imitar sistemas educativos de otros países, como Luxemburgo, donde la cooficialidad de lenguas no supone un enfrentamiento entre estas sino una suma productiva de las mismas.
A estos señores que rigen los destinos educativos de nuestros chicos les recomendaría la lectura de un libro escrito por Mercè Vilarrubias en defensa de la educación bilingüe titulado: Sumar y no restar que supone un estudio muy cabal sobre este tema.
Para finalizar, y ya que no puedo decírselo a la cara, me gustaría decirle al señor Wert que el catalán es nuestra lengua igual que el castellano y no se puede relegar a una lengua subordinada y anécdotica y que, por tanto, debe tener el rango de troncal porque sino está haciendo con ella lo mismo que hoy en día se hace con el castellano.

5 comentarios:

  1. Buenas tardes Maite:

    Me gusta lo que expones y sería perfecto, pero opino que en Catalunya no se aceptarían por la mayoría el uso de las dos lenguas como vehiculares y la culpa de eso la tiene el pasado (y el presente).

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  2. Es una pena que los viejos rencores cieguen a tanta gente. Mi propia familia sufrió daños importantes por ser perdedores en una guerra civil, a mi padre le prohibieron hablar en su lengua materna, el catalán, pero si algo he aprendido del pasado y del presente es que el rencor alimenta más odio e injusticias ( solamente hay que fijarse en la guerra sin fin entre Israel y Palestina. Un ser civilizado debería buscar soluciones que aglutinen y que fomenten la paz, no el enfrentamiento.

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  3. Propongo que olvidemos las hipocresías y, si de sumar se trata, se utilice de una vez por todas el inglés como lengua troncal. Catalán y castellano se presuponen y deberían estar superados, aunque la guerra entre ambos aporte buenos y suculentos réditos electorales y sea una cortina de humo sensacional para tapar las verdaderas carencias en matemáticas, comprensión y la falta de otros valores como el esfuerzo, la disciplina, el conocimiento como camino hacia el futuro. Seamos valientes y demos un paso adelante. Y aún así, nos quedará un largo camino para alcanzar a nuestros directos competidores y principal mercado, Europa.

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  4. ¡Pues no estaría mal, el inglés también se tendría que convertir en vehicular, seguro que subiría el nivel tan pésimo del alumnado español en lengua extranjera! Pero con esto de la lengua topamos con los sentimientos más irracionales del ser humano... Personas que muestran racionalidad y que en otros temas son más abiertos de mente se cierran ante cualquier opción de replanteamiento de leyes como la de la Inmersión Lingüística ¡Qué pena! Tantos siglos de civilización para nada...

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  5. Mayte, te deseo que el año que vamos a comenzar te traiga todo lo que desees, y que te animes a actualizar el blog, que lo echo en falta. Muchos besos!!

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