jueves, 8 de agosto de 2013

Los ojos tristes del perro del vagabundo

   Ayer miré a los ojos de un perro que acompañaba a un hombre sin rumbo. Su tristeza me hizo volver a escribir en este blog que abandoné cuando la vida me dejó anclada en un puerto de aguas turbias, muy turbias... Pero sé que algún día volveré a salir a alta mar porque el viento volverá a ser favorable. Mientras tanto, paseo por mi barrio observando la vida de los otros. Algunos son más afortunados que yo; sin embargo, también los hay más perdidos. Siempre me embarga una gran pesadumbre al mirar a los ojos de un vagabundo, me gustaría decirle que todo se va a arreglar, que tiene un lugar donde parar y sentirse seguro, un albergue donde siempre puede acudir para recomponer su dignidad y su alma. 
 
   Aquel hombre sin rumbo que descansaba con su perro en un banco del parque tenía su hogar en la mirada de ese animal  que le veneraba como a un dios. Entonces supe que el pequeño ser que me acompañaba en aquel paseo vespertino también era mi tabla de salvación, el que me ayudaba a no zozobrar en estos días de angustia y tristeza. Se llama Bowie y ha aparecido en mi vida en el momento que más lo necesitaba. Si hubiera un Ángel de la Guarda, él me lo habría enviado. Gracias a él no me he hundido del todo en este día a día de amargura. Con sus gracias me ha hecho reír cuando todavía las lágrimas empapaban mi rostro; con sus lametones cura mis crisis de desesperación; con su presencia reconforta  mis soledades; en fin, cuando siento que ya no me queda nada de fuerza, Bowie me levanta de la cama porque, sencillamente, hay que ir al parque a jugar con otros perros...
 
  Dedicado a los ojos tristes de los perros de los vagabundos. 

2 comentarios:

  1. Hola Mayte!

    Lástima no haber dispuesto del portátil hasta hoy, porque yo me asomaba a verte y siempre tenías el postigo cerrado. Lamento esa etapa que has vivido y estoy segura que ese perrillo te va a sacar del pozo, estoy segura porque lo sé por experiencia y no voy a comentarlo porque hoy eres tú la protagonista de esa historia que tiene que seguir y seguirá y ¿Quién sabe lo que nos depara el futuro a cada uno? Disfruta de Bowie y de los paseos y charlas con otros paseantes en este verano que, a pesar de todo, los jazmines perfuman la noche. Un beso.

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  2. Me alegro de poder volver a leer tus siempre cercanas palabras. Estoy luchando para que mis actuales circunstancias no me acaben de hundir y reconforta mucho escuchar mensajes de ánimo.
    Gracias, Elisa.

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