Aunque mi estado de salud va mejorando, mi vida social todavía se encuentra bajo mínimos. Cuando nos falta aire para respirar es complicado hablar y más aún reír a carcajadas, como tanto me gusta, de modo que estar con mis amigos se convierte en algo dífícil porque con ellos no puedo estar más de cinco minutos sin encontrar el lado cómico a todo, incluso a nuestras desgracias. Por eso, a veces, no puedo quedar con ellos, muy a mi pesar. Pero lo sigo intentando.
El sentido del humor ha sido el prícipe azul que me ha salvado de todas mis cuitas y desdichas , y espero que no me abandone a pesar de que no me sea fácil exteriorizarlo. Por lo pronto, este domingo de febrero, me encuentro en mi casita, rodeada de mis criaturas del bosque, escribiendo esta entrada mientras mi gata acecha maliciosamente a mi periquita y mi conejo da vueltas a mi alrededor para que le dé una golosina, realmente, parezco Blancanieves...
Tu casa parece el Zoo y, de aquí a poco, igual puedes filmar reportajes sobre la vida "salvaje" de los animales. Ríete tú de "El hombre y la tierra", que como la gata pille al periquito y el conejo gigante se trague a ambos... vas a flipar!!!
ResponderEliminarYa te lo dice Aurora,pero esa debilidad que tienes por los animales hace que aún sabiendo que no te ayuda a recuperarte de tu asma no quieras renunciar a ellos.Espero que no se suceda la cadena alimentaria porque además del asma tendríamos que atenderte de un infarto.
ResponderEliminarQue bién se conserva la "Pepita", me alegra que te haga compañía junto a tu mini-zoo
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